Tomaba un aperitivo,un refresco y algo de guarrería(como yo digo).
Era Martes,podría haber sido cualquier día puesto que se hace cada vez más difícil saber que día es sin mirar el calendario.
Acababa de terminar de programar el menú semanal,que no nos falte de nada,tenía en mi cabeza,que no se me olvide ningún ingrediente.
Salir a comprar se había convertido en algo tan peligroso como lanzarte desde un avión.
Salir una vez a la semana,si es posible,cada 10 días.
Los días pasaban y todos sabíamos que todo pasaría, que lo que estábamos viviendo pasaría a ser historia,nuestros nietos lo estudiarían y que ya quedaba menos para pasear por las calles.
Pero sin tan siquiera salir de casa estaban pasando tantas cosas...
Estaba consiguiendo ser la lectora que siempre había deseado,me terminaba un libro y ya tenía en la mesita de noche el siguiente preparado,había descubierto lo maravilloso que puede llegar a ser sentarse en el sofá, poner melodías que llegaban al corazón y simplemente escucharlas,sin más, sin moverme del sofá, solo escuchando.
Descubrí que a los niños no les hacen falta tantos juguetes,que se lo pasaban mejor haciendo selección de ellos para darlos a otros niños,que mi marido y yo hacíamos un buen equipo cuando nos poníamos a organizar las tareas domésticas y que si en lugar de gritarle a mis hijos cuando montan mucho escándalo, respiro,les sonrío y me uno a ellos,lo que empieza siendo un desastre acaba siendo un juego con mucho amor.
Descubrí que desconectar en ocasiones de los medios de comunicación o de las redes sociales no era tan malo como creía y que si ya antes adoraba mi pueblo natal ,ahora lo amaba más.
Descubrí que parar en seco está bien,que pensar 24 horas en mi madre es tan bonito...
Que hacer un bizcocho con mis hijos no traía ninguna complicación mas ayá de una buena limpieza de cocina,que necesitar abrazar a mis hermanas es algo maravilloso y que llorar cuando se necesita no solo no perjudica sino que favorece la mente.
Descubrí que el yoga y la meditación se habían convertido en una de las cosas más importantes de mi vida y de mi mente.
Descubrí que la frase de "haber si quedamos"no debía de existir y me prometí a mí misma que cuando todo pasara no la pronunciaría más, quedaría.
Y descubrí que era más fuerte de lo que fuí un día, que sí podía con esto,que de algo me había servido tantas pruebas que me había puesto la vida,tantas charlas con mi hada ,tantos llantos y tantas juergas locas porque no.
Descubrí que soy como soy,que quererse una misma ayuda mucho en esta pesadilla que estamos viviendo,y que aveces a la intensidad hay que bajarle el fuego como cuando hierve el agua en la olla.
Respirar,mirar sin más una imagen,escuchar una y otra vez las canciones que me hacen llorar o bailar de alegría, vivir.
Esto va a pasar,y cuando salga por la puerta giraré a la izquierda hacia la casa de mi madre y las 2 calles que nos separan se me hará el camino más largo de la historia,pero será donde primero voy que ir.
Escribo estas letras entre lágrimas,no de tristeza solo,de alegría también porque la vida nos pone piedras en el camino y esta vez nos ha puesto una roca,pero esa roca,está siendo nuestra maestra y nos está enseñando a valorar cualquier pequeña cosa de nuestras vidas que antes ni mirábamos, nos está enseñando a saber disfrutar de cualquier pequeño detalle,cualquier mínimo momento ,y que incluso puede ser muy relajante el simple echo de sentarte sin prisa y hacer la lista de la compra.
La mamá del incienso.
